Buscar este blog

martes, 4 de octubre de 2011

Algo huele mal.

Las Agencias de calificación de riesgos han jugado un papel muy cuestionable en la actual crisis financiera. No sólo se han equivocado simultánemente en la calificación de bancos y en sus productos de dudosa calidad, sino que han manipulado la información en contra de algunos países europeos y en favor de Estados Unidos.
Estas agencias apoyan o destruyen mediante parámetros no del todo objetivos. De ahí que nunca advirtieran la crisis y que etiquetaran con triple A,  a las hipotecas basura que reventaron en Wall Street. Las agencias constituyen un cartel opaco y sumamente poderoso: las tres grandes controlan más del 90% del mercado de calificaciones de empresas y países. Y son las propias instituciones políticas y los bancos centrales quienes les dan fuerza.
La confianza y las promesas son la base de la economía y no la especulación y el trabajo oculto.
Para evitar este "oscurantismo", deberíamos plantearnos tomar en consideración las siguientes medidas:
- Bajo mi punto de vista las agencia de calificación deben modificar su relacion con las grandes compañias de Wall Street e instituciones publicas de todo indole porque se debe trabajar bajo el paradigma de la objetividad.
- Se deben eliminar las comisiones y los incentivos a la hora de plantear nuevas calificaciones.
- Hay que abrir el abanico y las oportunidades a otras agencias, porque no puede gestionarse algo tan decisivo desde un unico punto geografico tan vinculado a las grandes corporaciones.
- Propondría asimismo una modificación sobre la manera en que se califican los productos financieros privados y públicos porque no es lo mismo la deuda publica, que los productos privados hipotecarios.
- La regulación actual de estas agencias no aportan la credibilidad necesaria con respecto a los últimos errores publicados.

Para finalizar, creo que se debería plantear separar su labor de asesoría de la de calificación.


No hay comentarios:

Publicar un comentario