Las Agencias de calificación de riesgos han jugado un papel muy cuestionable en la actual crisis financiera. No sólo se han equivocado simultánemente en la calificación de bancos y en sus productos de dudosa calidad, sino que han manipulado la información en contra de algunos países europeos y en favor de Estados Unidos.
Estas agencias apoyan o destruyen mediante parámetros no del todo objetivos. De ahí que nunca advirtieran la crisis y que etiquetaran con triple A, a las hipotecas basura que reventaron en Wall Street. Las agencias constituyen un cartel opaco y sumamente poderoso: las tres grandes controlan más del 90% del mercado de calificaciones de empresas y países. Y son las propias instituciones políticas y los bancos centrales quienes les dan fuerza.
La confianza y las promesas son la base de la economía y no la especulación y el trabajo oculto.
Para evitar este "oscurantismo", deberíamos plantearnos tomar en consideración las siguientes medidas:
- Bajo mi punto de vista las agencia de calificación deben modificar su relacion con las grandes compañias de Wall Street e instituciones publicas de todo indole porque se debe trabajar bajo el paradigma de la objetividad.
- Se deben eliminar las comisiones y los incentivos a la hora de plantear nuevas calificaciones.
- Hay que abrir el abanico y las oportunidades a otras agencias, porque no puede gestionarse algo tan decisivo desde un unico punto geografico tan vinculado a las grandes corporaciones.
- Propondría asimismo una modificación sobre la manera en que se califican los productos financieros privados y públicos porque no es lo mismo la deuda publica, que los productos privados hipotecarios.
- La regulación actual de estas agencias no aportan la credibilidad necesaria con respecto a los últimos errores publicados.
Para finalizar, creo que se debería plantear separar su labor de asesoría de la de calificación.
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