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domingo, 23 de octubre de 2011

Familia y Género...o el esfuerzo de un@s poc@s.

España es diferente en todo y el sistema de bienestar no iba a ser una excepción. Un sistema que se organiza en torno a la ayuda y a la cooperación de toda la familia y que gracias a este y hasta ahora ha permitido el desarrollo de la sociedad española.
Las políticas sociales en España se han caracterizado por dotar de poco contenido a las políticas familiares especificas, y las pocas que se han llevado a cabo han caído siempre sobre el peso de la mujer.
En nuestro país, la defensa de la igualdad entre mujeres y hombres constituyeron parte de las primeras medidas sociales y las ayudas familiares quedaron relegadas a la privacidad del hogar y a los arreglos privados y no fue hasta mediados de los noventa cuando se aprobaron las primeras medidas en torno a la conciliación.
Entre los cambios de la sociedad, debe citarse el espectacular aumento de la incorporación de la mujer al mercado de trabajo. Y mientras en España tratamos de “espectacular” una cifra del 67% de la población femenina dedicada al mundo laboral, en otros países del norte de Europa podemos hablar de cifras en torno al 80%. Este incremento se ve reflejado en la incorporación de la mujer al mundo educativo y tiene como resultado el descenso de la tasa de fecundidad.
Estos cambios sociodemográficos y culturales revelan que aunque ahora vivimos inmersos en un modelo en el que ambos miembros de la pareja trabajan y comparten experiencias en el hogar, no se esta produciendo una conciliación real pues lo que si podemos observar es que se produce una transferencia de responsabilidades a los abuelos o parientes como principal solución para conciliar.
El envejecimiento y el ocaso del sistema de publico de bienestar podrían explicar el auge y el nuevo desarrollo de nuevas políticas publicas encaminadas al mundo familiar y laboral.

No fue hasta 1997 cuando se celebró en España el primer debate sobre la familia para desarrollar un plan y de esta manera poder mejorar la articulación de la vida familiar y laboral. Fue con el primer gobierno conservador cuando se aprobó un Plan Integral que planteaba cuatro objetivos fundamentales: mejora de la calidad de vida en el entorno familiar, la promoción de la solidaridad intergeneracional, el impulso a la labor de las familias y el especial apoyo a familias con necesidades concretas.
Pero, he aquí cuando chocamos de nuevo con los tópicos y clichés de la política y de la sociedad. El PP con estas medidas y con su programa electoral buscaba mantener y extender una imagen de “familia tradicional”, mientras que hasta entonces los partidos de izquierda no se planteaban orientar parte de su programas políticos a las políticas dedicadas a las familias, pero si a la igualdad de oportunidades entre mujeres y hombres.
Tendremos que esperar hasta el 2004, para que el PSOE incorpore a su programa electoral a las familias como “eje de las políticas de bienestar” en torno a dos objetivos:
-   ubicación de la familia como politica de bienestar
-   redefinición del concepto de familia
Durante los gobiernos del PSOE se ha tomado el pulso a la sociedad española y por ello se han podido aprobar medidas como la Ley de Dependencia, con el objetivo fundamental de apoyar la autonomía personal y la Ley para la promoción de la Igualdad efectiva entre mujeres y hombres que supuso un cambio en la concepción de la orientación de la politica a favor de las familias y las mujeres.

LEY PARA PROMOVER LA CONCILIACIÓN DE LA VIDA FAMILIAR Y LABORAL DE LAS PERSONAS TRABAJADORAS (1999)

La medida fundamental va dirigida a la incorporación de la mujer al mercado laboral y a facilitar dicha incorporación, así como la flexibilización de la jornada o el cuidado de niños o miembros dependientes. La reforma en si, pretende incorporar al hombre a ciertas tareas del hogar, pero en detrimento de las mujeres. Con la aprobación de dicha ley se aprueban determinado derechos que deben considerarse como laborales y no como universales, pues solo están dirigidos a aquellos que ya forman parte del mercado de trabajo y cumplen con los requisitos mínimos. Con la ley vinieron otros derechos que si bien y de primeras parecen positivos quedan muy lejos de ser efectivos y suponer una ayuda real para todos sus beneficiarios. Medidas como la “paga de los 100 euros” destinada a todas aquellas madres trabajadoras con hijos menores de 3 años se limitaba a ser una deducción fiscal de hasta 1200 euros anuales que no atendía al nivel socioeconómico. Sería importante en estos casos, no jugar con la “tacañería”, así como mejorar las posibilidades y condiciones laborales para estas mujeres.

Leyes como estas, considero que, son positivas si se atiende al suficiente numero de agentes sociales y que estos puedan intervenir para dar su punto de vista. Pero no fue este el caso pues no se generó el suficiente debate público y su tramite parlamentario paso de puntillas.
La reforma en si, no supuso costes adicionales porque estos fueron asumidos por los propios empleadores o bien por los propios trabajadores.
La Ley de Conciliación otorga a la mujer en exclusiva una posición para que sea ella la que concilie, cuando en realidad lo que se debería perseguir es que la mujer pueda elegir cuando quiere trabajar dentro o fuera de casa o cuando podría compatibilizar ambas cosas.

LEY PARA LA IGUALDAD EFECTIVA DE MUJERES Y HOMBRES (2007)

Esta Ley pretende “combatir todas las manifestaciones aún subsistentes de discriminación, directa o indirecta, por razón de sexo”, promoviendo la igualdad real entre mujeres y hombres.
El objeto es hacer de la igualdad entre los sexos el eje principal de cualquier política orientada a las mujeres, así como estimular su incorporación al mercado de trabajo. Entre las medidas adoptadas, podemos destacar la negociación de planes de igualdad en empresas o la incorporación de mujeres en los Consejos de Administración de la grandes empresas.
Finalmente nos encontramos, con que la Ley incluye un permiso remunerado de paternidad de disfrute exclusivo del padres.
Pero se ponen en funcionamiento medidas “vacías” que si bien, ayudan a situarnos a menos distancia de otros países europeos en materia de politicas familiares y de conciliación, en este caso solo tienen como objetivo un fuerte impacto mediático y podrían suponer un “estimulo para la natalidad” en declaraciones del Gobierno del PSOE.
En general se refuerzan los controles antidiscriminatorios y se incluyen ciertas medidas que persiguen las igualdad de derechos a través de la discriminación positiva, pero desde las posiciones más conservadoras se critica que se trataría más de una reforma ideologica y que no responde a las necesidades de la sociedad.

Para finalizar podríamos comentar que España es lo que es y nunca si no es por obligación van a surgir de nosotros mismos políticas que realmente sean lo que necesitamos. Las dos anteriores leyes citadas, son el ejemplo más claro pues estaríamos hablando de que tienen su origen en directivas europeas y estas no serían mas que su transposición a nuestro código.
Más allá de esto, podemos observar que en materia de politicas de familia y de conciliación tenemos una clara falta de orientación y de coherencia tanto en los colectivos, como en los resultados pretendidos a obtener y debido a la falta de consenso es probable que algunas de esta medidas no tengan un desarrollo largo y efectivo.

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